
El sol no da tregua
en esta dura estación de verano, la sombra es la aliada más leal para aguantar
los calurosos días de diciembre que parecen nunca acabar. Es importante que nos
cuidemos de los rayos UV y que también nuestros regalones eviten a toda costa
el peligroso sol de verano, sin embargo, en la ciudad anda más de algún gato
que ronda por los techos abrazando el sol, pero ¿Implicará esto un riesgo para
los michis? Por supuesto, ellos también pueden padecer quemaduras, insolación o
golpes de calor.
Tanto para nosotros
como para los animales domésticos el sol representa un peligro cuando las
temperaturas están muy altas y requieren un cuidado importante para evitar
quemaduras que puedan provocar enfermedades catastróficas.
Existen partes específicas
del cuerpo de los gatos en los cuales el sol puede penetrar y generar una
quemadura como por ejemplo las orejas, las cuales poseen un pelaje fino y
escaso en comparación a otras partes de sus cuerpos, lo que genera que muchas
veces absorban la mayor parte del daño.
El vientre y su
nariz también son partes que no poseen la suficiente protección contra el sol
ya que, por lo general, la barriga de los gatos posee muy pocos pelos o
ninguno. Por otro lado, es una zona que no recibe los rayos directamente, pero
a los michis les gusta acostarse con sus panzas mirando al sol, lo cual puede
ser muy peligroso para ellos.
Los síntomas de una
quemadura en los gatitos son muy parecidos a los de una persona. La piel se
enrojece, pica y está la probabilidad de que se generen ampollas, inflamaciones
o costras, dependiendo de la gravedad, sin embargo, el uso de protectores
solares puede servir para evitar el impacto dañino del sol, no obstante, debe
ser un bloqueador para niños, ya que generalmente estos productos no poseen
perfumes ni sustancias artificiales.
Al igual que las personas,
existen gatos que se ven más afectados por el sol que otros. Esto dependerá
muchas veces del pelaje del felino, ya que sus pelos les sirven como un escudo
contra las condiciones climáticas. Por ejemplo; un gato persa necesita extremo
cuidado ante los rayos del sol ya que no posee una capa que lo proteja de los
rayos ultravioleta que el sol emana, en cambio, a un gato más peludo le costará
más recibir una quemadura del sol, pero la cantidad de pelo no es lo único. El
color del pelaje tiene una relación directa con la tolerancia al sol, debido a
que al igual que una persona de tez más clara es más vulnerable a los rayos del
sol y sus consecuencias son mucho más notorias, en el caso del gato es igual en
comparación con sus pares de distintos colores.
En ocasiones el
cuidado de nuestros peludos se asimila al de cualquier persona común y
corriente, dependiendo frente a qué los estamos protegiendo. En el caso del
sol, sus consecuencias son extremadamente parecidas y es ahí donde radica la
importancia de un buen resguardo o una adecuada protección de un animal, por la
sencilla razón de que las consecuencias son mucho más caras que una debida
atención del bienestar e integridad de los gatos.
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